Canes que se lanzan a por coches, corredores, ciclistas… a todo lo que esté en movimiento. Es una de las dificultades que pueden aparecer en la convivencia con perros es la persecución.
Es un tema complejo, con diferentes posibles causas y tratamientos. Si vives con un perro que persigue, vamos a ayudarte a entender por qué ocurre y arrojar un poco de luz sobre cómo debería afrontarse. Y si tu perro no persigue, atenta a las pautas para prevenirlo.
¿Por qué algunos perros persiguen todo lo que se mueve?
Dentro de la persecución puede haber diferentes causas. Conocerlas es fundamental para que puedas ayudar a tu perro de forma eficaz.
Ciertas razas pastoras, como Border Collie, pastor australiano o carea leonés, muchas veces se activan con el objetivo de parar, controlar o conducir aquello que se mueve rápido. Es habitual encontrar canes de estas tendencias dando “mordiscos” en los tobillos cuando alguien se mueve rápido.
Una falta de rutinas en el día a día, niveles altos de estrés o ciertos “juegos” pueden hacer que aparezcan estos comportamientos o que se intensifiquen.
La naturaleza ha seleccionado al perro para que se active ante el movimiento. Es fundamental para su supervivencia como depredador.
De forma natural el perro ha evolucionado para activarse ante el movimiento de las presas. El ser humano ha realizado una selección en determinadas razas para que tengan una mayor atención al movimiento y reaccionen de una forma más instintiva ante él. Así que si convivimos con un pastor conductor, deberemos tener un cuidado especial.
Otra de las razones habituales tiene su origen en jugar con el perro a que persiga cosas, por ejemplo, una pelota. Aunque nos parezca divertido, si lo hacemos constantemente podemos volver adicto al can a perseguir todo lo que se mueve. Es posible que de seguir insistentemente una pelota o un palo pase a hacerlo con corredores, ciclistas o vehículos.
¿Qué puedes hacer si tu perro persigue?
Pues sin duda alguna, ponerte en manos de un profesional del comportamiento canino. No es algo que vaya a desaparecer por si solo, más bien todo lo contrario, se irá reforzando y cada vez será más probable, más intenso y lo hará hacia más cosas.
Si lo que hay en la base del comportamiento es miedo hacia aquello con lo que reacciona, la terapia se basará en técnicas de desensibilización, habituación y contracondicionamiento (enlazar con artículo Desensibilización, habituación y contracondicionamiento), sumado a trabajo de la seguridad en sí mismo del can, manejo de correa de su guía y algunas cosas más.
Hay perros que viven con niveles de estrés altos. Cuando esto ocurre, suelen mostrar comportamientos más instintivos o que han sido potenciados por el ser humano. Algunos tenderán más a ladrar, otros a comer cosas del suelo, otros a focalizar con la mirada… muchos pastores conductores persiguen. Esto es muy habitual en grandes ciudades y el grueso del trabajo será la terapia de reducción de estrés.
En los casos de canes que persiguen por una generalización desarrollada a partir de juegos de persecución (pelota, palo, piedra..), habrá que eliminar de forma progresiva esos “juegos” en el día a día.
Los más complejos son aquellos casos en los que el perro tiene un fuerte componente de pastoreo; es decir, proviene de una línea familiar de perros que han sido seleccionados para trabajar en labores de conducción de ganado. Habrá que desarrollar un plan a medio-largo plazo (en función de lo arraigado que esté el comportamiento) e individualizar mucho la terapia. Nuevamente, un profesional bien capacitado podrá ayudarte a desarrollar un plan para tu can. Pero tendrás que tener paciencia y constancia.
Por último decirte que en muchos casos, las motivaciones se entremezclan. Es habitual por ejemplo encontrarse con un pastor que además tenga ciertos miedos. Por lo tanto, las estrategias a realizar también tendrán que combinarse.
Consejos para prevenir la persecución en perros
- Si tienes al can desde cachorro realiza una buena socialización, que se acostumbre a ver pasar corredores, ciclistas, coches…
- Si ya lo has adoptado adulto, preséntale poco a poco a las novedades, especialmente si son ruidosas y/o se mueven rápido.
- No “juegues” a lanzarle cosas, es posible que generes un problema grave.
- Vigila sus niveles de estrés. Un perro estresado es más fácil que muestre este tipo de comportamientos.
- Satisface todas sus necesidades. Hay perros que necesitan excavar más, otros morder, masticar… Muchos perros tienen mayor necesidad de rutina diaria e incluso algún tipo de trabajo más mental.
- Vigila la gestión de la correa, si la tensas cada vez que pase algo en movimiento puede generar una mala asociación. Mejor coge distancia y relaja la correa.
Conclusiones
Cuando convivimos con un perro que persigue, es muy importante entender por qué lo hace. En muchos casos nos encontramos con una parte genética fuerte (perros descendientes de líneas de pastoreo en activo, por ejemplo).
Pero lo más habitual es que de forma inconsciente alimentemos esa persecución. Jugar con la pelota, entornos muy estresantes, necesidades básicas sin satisfacer…
Mitos
Jugando a la pelota el perro se cansará físicamente por un rato. Pero su mente seguirá activa. Por otro lado, cada vez tendrás que tirarle más rato la pelota para cansarle. Un perro con una vida normal donde sacie sus necesidades, no necesita que “le cansen”. Es mucho mejor dar un paseo por el campo o el parque donde pueda explorar y olfatear. Y si un día el paseo no puede ser tan largo, un juego de olfato será mucho más relajante que una pelota.
A pesar de que durante la persecución se liberen hormonas que le hacen sentir bien, es de forma puntual. Los cambios hormonales que se producen no vuelven de forma natural al estado normal como sí ocurriría con un perro que caza una presa. Esto llevará a una sensación de frustración e insatisfacción. El perro no termina de realizar la secuencia instintiva. Además, es probable que le genere frustración. El perro no se divierte, simplemente es adicto a esos pequeños picos y repite la secuencia como un autómata.