Muchas personas siguen sin tener claro si es mejor usar arnés o collar a la hora de pasear a su perro. En los últimos años, numerosos estudios han analizado las consecuencias de utilizar uno u otro método, teniendo en cuenta tanto el impacto de los collares en la zona del cuello como el de los arneses sobre el movimiento (biomecánica).
El resumen sería que, en la mayoría de los casos y siempre que elijamos el modelo adecuado, un buen arnés es mejor opción. Sin embargo, hay algunas situaciones en las que el collar podría ser la solución más adecuada, al menos a corto plazo.
El collar, la herramienta más habitual que pierde popularidad.
A lo largo de la historia de convivencia entre perros y humanos, el collar ha sido la herramienta más usada para el control e identificación de los perros.
Su popularidad se debe a este uso histórico, pero en los últimos años, a la luz de nuevos estudios y la experiencia de los profesionales, ha ido perdiendo fuerza como la mejor opción para pasear con seguridad.
Existen numerosos tipos de collares, diferenciados principalmente por el material de la banda, que puede ir desde el clásico cuero hasta el moderno BioThane, pasando por una gran variedad. También pueden distinguirse por el tipo de cierre que hace que el collar se ajuste al cuello. Los más comunes son la hebilla y el cierre de click, aunque también hay variaciones en los materiales de fabricación y en los elementos adicionales, como los sistemas de cierre de seguridad, diseñados para evitar que el collar se abra accidentalmente.
Otra razón por la que los collares han mantenido su popularidad es que durante muchos años han sido recomendados por adiestradores y otros profesionales, ya que en el pasado han sido una herramienta estándar de trabajo.
Lamentablemente, aún hoy en día, algunos profesionales que no han actualizado sus conocimientos o métodos de trabajo siguen aconsejando el uso de collares nada recomendables:
- Collar de pinchos, púas o puntas: está hecho de eslabones generalmente de metal (aunque se puede encontrar en plástico) con pinchos que se clavan en el cuello del perro cuando éste tira o cuando se aplica un tirón de correa.
- Collar de ahorque, estrangulamiento o cordino: puede estar fabricado en diversos materiales como cuero, metal, nylon o cuerda. Un sistema corredizo hace que cuando el perro tire o cuando la persona aplique un tirón de correa el collar se cierre sobre el cuello ejercicio presión, produciendo dolor y malestar en el can. Es habitual encontrar “correas de adiestramiento” que hacen esta función.
- Collar de semiahorque: un derivado del anterior que posee un tope ajustable para regular un máximo de cierre sobre el cuello.
- Collar electrico, de descargas, electrónico o e-collar: no sirve para sujetar la correa. Su función es aplicar descargas eléctricas al perro para “corregir” algún comportamiento.. Suele tener diferentes intensidades. De este tipo surgen variedades como el de vibración, el de sonido o el de spray (que expulsa un líquido desagradable para el perro). Puede haber modelos que incluyan varias de estas funciones.
El uso de estos collares está desaconsejado por colectivos de veterinarios, educadores caninos y etólogos debido a su impacto negativo en la salud física y emocional del perro. Además, su uso está prohibido por la Ley de Bienestar Animal.
Una mención especial merecen los ronzales o collares de cabeza, que se sujetan al morro del perro y desvían su trayectoria cuando tira. Generalmente, se desaconsejan excepto en casos muy específicos, siempre bajo la supervisión de un profesional, donde la seguridad y el bienestar tanto del perro como del tutor estén en riesgo. Deben considerarse como un último recurso y solo utilizarse mientras se llevan a cabo trabajos necesarios para poder pasear con un material adecuado. Su uso puede causar lesiones, incomodidad y estrés en el perro.
Arnés o collar ¿qué elijo para mi perro?
Elegir entre un collar y un arnés es relativamente sencillo: en la mayoría de los casos el arnés será la herramienta más segura, cómoda y práctica.
(Completar tabla)
Collar
Ventajas
Fácil de poner y quitar
Pesa poco
Suele ser más barato
Desventajas
Mayor riesgo de asfixia.
Es más fácil que se lo quite y se escape.
Puede generar lesiones en cuello, tráquea, laringe, tiroides…
Si el perro tira de la correa, irá más estresado e incómodo, lo que disminuirá la calidad de su paseo y probablemente haga que tire más.
Puede bloquear ciertas capacidades comunicativas del perro (especialmente las relacionadas con la cabeza y cuello).
Especialmente peligrosos para perros con dificultades respiratorias como los perros braquicéfalos.
Arnés
Ventajas
- Distribuye la presión sobre el cuerpo reduciendo el riesgo de lesiones.
- Mejor control del perro en situaciones de miedo o alto estrés.
- Opciones anti escape que respetan el bienestar del can.
Desventajas
- En perros con ciertas alergias, al tener mayor superficie de contacto, puede generar mayor molestia.
Así que si ponemos la salud y el bienestar del perro en el centro, sin duda alguna el arnés es la mejor opción (siempre que no lo impida alguna particularidad clínica).
Pero es fundamental elegir uno que se adapte a la forma del cuerpo de nuestro can y que esté correctamente diseñado, de lo contrario, también se podrían generar lesiones.
Conclusiones
En la mayoría de los casos, el arnés es la opción más segura, cómoda y práctica para pasear a tu perro. El collar tiene riesgos evidentes debido a su punto de sujeción en el cuello, que pueden minimizarse pero no evitarse por completo. Un arnés bien escogido y ajustado a la anatomía de tu perro no tiene estos riesgos.
Mitos
Se suele decir que, para aquellos perros que no tiran de la correa ni tienen problemas respiratorios, el collar puede ser una opción válida, si bien no exenta de riesgos: una situación de huida, un acercamiento imprevisible o que la correa se enganche en algún sitio puede poner en peligro al can. No es el primer perro que por accidente cae desde una superficie alta (por ejemplo, en rutas de montaña o puentes) y le salva el ir con arnés, el resultado con collar por desgracia habría sido diferente.
En absoluto, pueden provocar daño físico y psicológico a tu perro y generar grandes problemas de comportamiento. Hace años que los profesionales actualizados no los usan por ética y falta de resultados reales. Son herramientas que se basan en generar miedo en el perro lo cual debería estar descartado de cualquier convivencia con un can.
Una cosa es que el perro “pueda” tirar más y otra cosa es que lo haga. Por supuesto que un perro con arnés puede hacer más fuerza que uno con collar, porque el collar llegado cierto nivel de presión cortará la respiración y producirá dolor. Sin embargo, en la mayoría de los casos, cuando los perros pasa de collar a arnés tienden a tirar menos en los paseos, la explicación de esto es que van más cómodos y, por lo tanto, menos estresados.