¿Es bueno quitarle cosas de la boca a un cachorro?  

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La boca es la principal herramienta que tienen los cachorros para explorar el mundo. Durante sus primeros meses de vida,  coger cosas con la boca es la forma que tienen los perros de entender, aprender y experimentar con el entorno. 

Por eso es tan importante que la manipulemos lo menos posible. Y que, cuando tengamos que hacerlo, ya sea para acostumbrarlos de cara a revisiones veterinarias y otros cuidados o por una emergencia (si cogen algo peligroso), que lo hagamos de una forma respetuosa y amable.

¿Por qué los cachorros se meten de todo en la boca?

Cuando un cachorro se lleva todo a la boca, muchas personas consultan, preocupadas, a algún profesional de la educación canina. Sin embargo, salvo excepciones clínicas, es algo completamente natural.

La principal razón es que el perro está descubriendo el mundo y lo hace, en gran medida, a través de la boca. Necesita aprender qué es comida y qué no, así como experimentar con sabores, texturas y durezas. A medida que crezca y aprenda, dejará de hacerlo de forma progresiva. 

Hay otro factor que hace que los cachorros se metan cosas en la boca: el dolor que produce la salida de los dientes de leche y el cambio de estos por los definitivos. A menudo cogen cosas para masticarlas y así aliviarse. 

Es decir: son comportamientos normales que el cachorro realiza de forma instintiva, y que responden a necesidades de su especie. 

¿Por qué sería un problema quitarle cosas de la boca a mi cachorro?

Si bien explorar el mundo con la boca es algo natural para los perros, es igual de cierto que viven en un entorno humano donde pueden toparse con multitud de peligros. 

El riesgo es que nuestra preocupación nos lleve a sistemáticamente quitarles todo lo que se meten en la boca. Esto puede tener consecuencias negativas puesto que podría provocar:

  • Desconfianza: el cachorro no se fiará de nosotros y cuando vea o coja algo huirá o se lo tragará para evitar que se lo quitemos. 
  • Miedo a la manipulación de la boca: lo que afectará a las revisiones veterinarias y a su cuidado en casa. 
  • Protección de recursos: es posible que desarrolle la tendencia de proteger cosas que se encuentre. 
  • Obsesión por coger cosas: es algo muy habitual. Al impedir que experimente con las cosas que se encuentra logramos que en vez de perder interés por ellas, aumente aún más.  no pierde el interés en ellas, es más, lo aumenta. 
  • Estrés y trabas al desarrollo: el no poder experimentar afectará a su correcto desarrollo mental y esto, más las situaciones de conflicto, provocarán estrés. 

¿Cómo evitar riesgos para los cachorros exploradores?

Una buena práctica que puedes llevar a cabo es enseñarle a tu cachorro, utilizando dos mordedores, que soltar es divertido. Es sencillo: juegas un poco con uno mientras lo muerde, luego paras y empiezas a mover el otro para que suelte el primero y vaya a por el segundo.  

Y siempre será recomendable:

  • Adelantarse a posibles peligros: hay que observar el entorno desde el punto de vista del cachorro explorador, más aún en la calle y en zonas donde puede haber basura.
  • Preparar el espacio si ha de quedarse solo para que sea seguro, comprobando que no dejas nada peligroso a su alcance.
  • Ofrecer opciones de masticación que le alivien el dolor, como mordedores que se congelan y sirven de “anestesia” (parecidos a los que se usan con bebés humanos). 
  • Proporcionarle mordedores que le permitan experimentar con texturas y en los que pueda hundir los dientes, como algunos de madera blanda, de goma o de tela y cuerda.
  • Evitar ponernos nerviosos cuando el cachorro olisquea algo o se lo mete en la boca, como hojas, palos, cajas… Si no es algo peligroso, es preferible dejarle que explore (de forma controlada). En la mayoría de los casos después de haberlo explorado lo dejará.

Es importante trabajar la habituación del cachorro a las manipulaciones, especialmente las de la boca, será algo muy útil en su vida de adulto. (enlazar a clase o artículo “Habituación a la manipulación).

Si tienes que quitarle algo peligroso de la boca…

En primer lugar, podemos intentar conseguir que pierda el interés moviendo un juguete, llamándole de forma alegre o con trocitos de comida y, si lo suelta, nos alejaremos de la zona de peligro o retiraremos el objeto con una mano sin que nos vea.

Si no lo suelta, la mejor opción es ofrecer un intercambio: enseñar un premio, ponérselo delante del hocico y (por regla general, comprobarás que cuando tu perro lo huela se le aflojará la boca), esperar a que suelte, premiar y retirar el objeto sin que nos vea.

Si se trata de un objeto que no es peligroso, tras el intercambio podríamos devolvérselo: así aumentará su confianza en nosotros.

Si hay peligro y el cachorro no suelta lo que lleva, tendremos que introducir nuestra mano en su boca para quitárselo. Esto habrá que hacerlo de la forma más rápida y menos brusca posible, procurando que, en cuanto saquemos la mano con el objeto de su boca, se inicie un juego que le guste, le demos mimos si los disfruta o aparezca comida que le motive.

Si esto ocurre a menudo, hay algo tienes que cambiar: estar más atentos, la zona por la que paseáis, el dejarle suelto en ese entorno…

Lo que no hay que hacer:

  • Evita gritar o chillar al perro: mantenemos una actitud tranquila y favorecemos la confianza del cachorro hacia nosotros.
  • No corras, no abras la boca del cachorro de cualquier manera y sin cuidado: asegúrate de mantener unos gestos y un lenguaje corporal relajados porque de lo contrario podrías provocar miedo y ansiedad en el can. 

Conclusiones

En esta etapa, la prevención es mucho más importante que quitarle cosas de la boca al cachorro. 

Por ello, recuerda que:

  • Supervisar de forma adecuada y anticipar te evitará la mayor parte de los problemas o situaciones en las que el cachorro coge cosas que no debe: en la calle, hay que extremar precauciones.
  • Intercambiar algo que ha cogido por un premio (comida, juguetes) suele ser la opción más efectiva ante un error en la supervisión.
  • Abusar de las manipulaciones suele tener consecuencias negativas para el vínculo entre el guía y su perro, pero además puede hacer que a ese can, en el futuro, le produzca estrés que le toquen la boca (en el veterinario o en cualquier lado).

Mitos

La conducta exploratoria de los cachorros es natural. Además, las conductas de olisqueo, exploración y masticación suelen ser distintas dependiendo de la raza, los aprendizajes y los intereses individuales del can.

No es así. Por regla general, a medida que el cachorro pierde el interés, se centrará en otros comportamientos. En el caso de que el intercambio favorezca que te traiga cosas para que le des un premio, sería “por dejar el objeto” y, además, resultará relativamente sencillo de evitar, una vez dejemos de premiarle o reduzcamos el valor del premio.

De nuevo, esto es incorrecto. Un mordedor y otros juguetes adaptados reducirán el dolor por la aparición o cambio de y saciarán la conducta de “agarrar cosas con la boca” del cachorro, pero no harán que aumente el comportamiento de meterse cosas en la boca.

Referencias
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