A los perros les sienta bien la rutina. La mayoría de personas tenemos unos horarios relativamente estables en el día a día y esto ayuda a los canes a prever, más o menos, lo que va a ocurrir.
Además, son animales sociales que suelen habituarse a separarse de nosotros de forma progresiva -aunque dicha separación no sea algo natural para su especie.
Estos dos factores implican que algunas situaciones, como la vuelta de vacaciones, de una larga temporada en casa sin trabajar o por baja médica, puedan ser críticas para su bienestar. Para evitar estrés, traumas o simplemente que lo pasen mal, debemos tenerlo en consideración y actuar con prevención.
Cambios de rutina típicos que pueden generar problemas
Pensar que cambios de rutina pueden afectar al bienestar de nuestro peludo es clave para prepararle y que lo lleve de la mejor forma posible.
Aquí tienes algunas situaciones que, con frecuencia, generan problemas:
- Vacaciones: los perros suelen llevar bien cuando su familia pasa del horario laboral a no trabajar. Estamos muchas más horas con ellos, hacemos actividades juntos, estamos de buen humor… Sin embargo, cuando toca reincorporarse al trabajo solemos hacerlo de una forma que para ellos es brusca. Pasan de todo lo anterior a, muchas veces de un día para otro, quedarse sólos durante 8 horas o más. Además los paseos se acortan, ya no hay tanto tiempo de juego y nuestro humor no es el mismo.
- Fin del periodo de paro: aunque para la mayoría de las personas el encontrar un trabajo después de estar tiempo sin tenerlo es algo positivo, nuestros canes no lo ven igual. Para ellos implica menos tiempo de disfrute, y un aumento drástico del tiempo de soledad.
- Fin de baja médica prolongada: dependerá de nuestro estado de salud. Pero generalmente las bajas implican que pases mucho más tiempo en casa. De nuevo, de la noche a la mañana, tu can pasará de tu compañía a la soledad.
- Teletrabajo: aunque al principio les cueste un poco, los perros suelen habituarse bien a que haya días de la semana que trabajas en casa y otros en los que lo haces fuera. Sin embargo, si llevas tiempo teletrabajando y esto cambia de forma brusca, es muy probable que tu can lo pase mal.
Existen otras situaciones que implican un cambio de rutina drástico que pueden ser complicadas para tu perro: tenlo en cuenta para intentar prevenir malas experiencias. Aquí te sugerimos unas cuantas pautas que serían útiles en este sentido.
Consecuencias de los cambios drásticos de rutinas
El impacto que pueden tener estos cambios en un perro dependerá de cada individuo. Hay efectos que pasan más desapercibidos y otros que son más evidentes, pero por lo general podemos encontrarnos:
- Ansiedad por separación: quizá sea el efecto que se ve con más claridad. Dejamos al perro sólo y empieza a llorar, aullar, rascar la puerta. Dependiendo de cada caso podemos encontrarnos pises y cacas en casa, destrozos… El estado emocional es sumamente alterado.
- Destructividad: puede ir vinculada a la ansiedad por separación pero también puede ser a causa de una disminución radical de la actividad y/o estimulación mental.
- Hiperapego: es habitual que se presente de la mano de la ansiedad por separación, pero también puede hacerlo sólo. El perro nos sigue a todas partes, está siempre pegado a nosotros o controlándonos con la vista y en cuanto nos movemos corre para seguirnos. Tiene un estado de alerta y estrés generalizado.
- Hacer sus necesidades en casa: si lo hace cuando está sólo, es posible que esté llevando mal la soledad, incluso puede haber desarrollado ansiedad por separación. Si lo hace estando tú en casa puede ser por estrés o falta de rutinas.
- Variaciones en el sueño: aunque se da algún caso de perros que pasan a dormir más de lo normal (por el agotamiento de las situaciones de estrés) lo más habitual es que nuestro perro duerma menos si está teniendo algún problema con la soledad o las rutinas, tiende a estar más vigilante y alterado.
- Nerviosismo: el estrés, la falta de predictibilidad, la reducción del ejercicio y la estimulación pueden hacer que el perro esté en un estado emocional nervioso.
- Estrés: no es necesario que aparezca ninguno de los efectos aquí mencionados para que la situación afecte a los niveles de estrés del perro. Tiene que adaptarse a un cambio drástico y al principio tiene poca predictibilidad sobre lo que va a ocurrir. Este estrés afectará en mayor o menor medida a su bienestar general, aprendizaje, estado de ánimo…
¿Cómo prevenirlo? Transición hacia las nuevas rutinas
Si sabemos que se va a producir un cambio brusco en nuestro día a día debemos ir preparando el perro para que se adapte de forma progresiva. Es importante que adaptemos tanto las rutinas de actividad como los tiempos de soledad. Por ejemplo:
- Si se te van a acabar las vacaciones, puedes volver unos días antes de retomar el trabajo para ir normalizando la actividad y los horarios siempre prestando atención a su estado de ánimo y volviendo a sus hábitos de alimentación e higiene habituales.
- Lo mismo ocurre si vas a empezar a trabajar tras un tiempo en casa, piensa cómo será el día a día de tu perro, y vete ajustando los horarios y actividades.
- Si estamos de baja médica o en casa por la razón que sea, debemos cuidar que el can no se desacostumbre a quedarse sólo. Así que aunque no lo necesites, es recomendable que se quede en casa mientras haces salidas de vez en cuando.
¿Qué hacer cuando no puedes anticiparte al cambio de rutina?
A veces no hay tiempo para hacer ese proceso, por ejemplo si nos llaman de un día a otro para trabajar.
Para esos casos, si hay riesgo de que tu can lo pase mal, es buena idea contar con un cuidador que se encargue de estar con tu perro o llevarlo a una guardería de día. Otra opción es contratar a un paseador para que pueda sacarlo, aunque habrá que valorar cómo se queda cuando está sólo. (enlazar con artículo paseador, cuidador etc…)
Si tenemos algún familiar o amigo que pueda ayudarnos, puede ser la mejor opción siempre que vaya a estar bien atendido.
Esto nos ayudará a que pueda ir acostumbrándose progresivamente a la nueva rutina.
Conclusiones
Los cambios de rutina drásticos, los que implican pasar de estar todo el día con tu perro a dejarlo solo, pueden producirle problemas como la ansiedad por separación. Para evitarlo lo mejor es plantear una transición en la que se acostumbre poco a poco a la nueva situación. También puedes contratar a algún cuidador o paseador para evitar que pase demasiadas horas solo.
Mitos
Muchas personas creen que si un perro adulto nunca ha tenido problemas con la soledad, no sufrirá problemas como la ansiedad por separación con estos cambios de rutina. Nada más lejos de la realidad, las consecuencias de los cambios pueden afectar a cualquier perro de cualquier edad.