¿Tu perrete se pone nervioso o hace “trastadas” cuando te vas o incluso antes de que hayas salido por la puerta de casa? Es posible que sufra ansiedad por separación, un trastorno que experimentan muchos perros al separarse de su tutor y quedarse solos.
La ansiedad por separación es un problema que recoge una gran variedad de síntomas, desde ladridos o aullidos constantes a comportamientos destructivos en casa, como rascar superficies o destrozar objetos. No debemos ignorarlo, no desaparece por sí solo sino que puede agravarse considerablemente con el tiempo y afecta a la calidad de vida de nuestros perros.
Qué es la ansiedad por separación
La ansiedad por separación ha sido, con frecuencia, el cajón en el que meter todos los comportamientos problemáticos de un perro sin supervisión. ¿La razón principal? Este trastorno cuenta con numerosos síntomas y, además, todos ellos suceden en ausencia de los tutores.
Dos perros (igual que ocurre con dos personas) nunca van a reaccionar igual al malestar, la frustración o la ansiedad, hay diversidad de posibles síntomas, pero, aún así, hay algunos patrones comunes que suelen estar presentes:
- Vocalización excesiva (por regla general, ladridos encadenados, pero también aullidos, lloros o gimoteos)
- Comportamientos destructivos, que suelen llevar al perro a romper, astillar o mordisquear objetos para relajarse
- Moverse todo el tiempo, estar inquietos y, en los casos más graves, conductas estereotipadas como lamerse, morderse las patas o la cola, dar vueltas sobre sí mismos o realizar los mismos patrones una y otra vez
- Cambios en las conductas higiénicas: pis y caca en zonas, espacios y momentos (sobre todo, en soledad) que, tras el periodo educativo, no deberían suceder
La lista podría ser aún más extensa: perros que se quedan congelados, sin moverse (bloqueados), que llegan a romper puertas para intentar seguir a sus familiares, e incluso que tratan de impedir que les dejen solos, colocándose en pasillos o delante de las puertas…
Las causas de esa ansiedad (por separación)
Es importante que sea un profesional de la conducta quien diagnostique un caso de ansiedad por separación porque las causas suelen ser muy diversas y los síntomas complejos.
Lo primero es entender que a los perros no les gusta quedarse solos, esto es normal y natural: están acostumbrados a estar acompañados, son animales sociales.
Cuando han de pasar horas sin ninguna compañía, algunos lo llevarán mejor y otros peor: hay diversas cuestiones que pueden influir en que un perro desarrolle algún trastorno relacionado con la separación.
- Problemas en el historial de desarrollo o aprendizaje: como cachorros que son separados pronto de la madre y la camada (por ejemplo, antes de la octava semana de vida)
- Experiencias traumáticas: síndromes de Noé, abandonos o una larga época en una protectora, centro canino o perrera.
- Cambios de rutina: mudanzas de un día para el otro, variaciones notables en los horarios de sus tutores…
- Predisposiciones: muchos perros tienen predisposición genética, debido a que han sido seleccionados para todo lo contrario a quedarse solos, como son ciertas razas pastoras que deben permanecer cerca de su persona; a lo largo de la historia humana, el can se ha mantenido siempre junto al grupo o en las cercanías
Al comprender las diversas causas detrás de la ansiedad por separación, podemos adoptar un enfoque holístico para abordar este problema y proporcionar el apoyo necesario para ayudar a nuestros compañeros caninos a superar su ansiedad.
¿Si hace eso… es realmente ansiedad por separación?
La ansiedad por separación suele ser uno de los sospechosos habituales: a veces, demasiado. No todo es ansiedad por separación y, por esto, vale la pena que, ante cualquier duda, consultes a un profesional de la conducta que te pueda guiar.
Y también es útil que pongas una cámara y grabes lo que hace tu perro en tu ausencia. Con algunas aplicaciones, puedes ver en directo lo que está haciendo tu peludo.
Es probable que un ambiente poco enriquecido (es decir, horas y horas en las que el perro está solo y no tiene nada que hacer) pueda generar estrés, ladridos e incluso conducta destructiva.
El hiperapego —la dependencia obsesiva del perro hacia su tutor— tampoco es sinónimo de ansiedad por separación, y el tratamiento será distinto.
Asimismo, orinarse o hacer caca en casa, puede tener tanto causas emocionales como fisiológicas, por lo que es importante pedir cita en el veterinario para hacer un chequeo completo y descartar dolor antes de considerar que se trata de ansiedad.
También tenemos que analizar el entorno: a veces creemos que los comportamientos no tienen sentido y nos apresuramos a señalar que es ansiedad por separación, cuando puede haber sonidos o situaciones que provoquen esas reacciones, como el timbre de un colegio, un vecino molesto, obras en el edificio o un nuevo perro en la comunidad de vecinos.
En cualquier caso, lo más habitual es confundir problemas de comportamiento vinculados a la falta de estimulación (física y mental) con este tipo de ansiedad, por lo que vale la pena hacer un diagnóstico adecuado que nos permita ver las diferencias y plantear pautas que aborden el problema.
Acompañando en los problemas de ansiedad
Algunos consejos que serían útiles para reducir el problema son:
- Sé más previsible: quizá has leído que debes tratar de confundir a tu perro y que no sepa cuándo te vas a ir: ¡no hagas esto!, ¡nunca! Es un consejo erróneo basado en teorías anticuadas y poco científicas que optan por ignorar algo básico: cuanto más imprevisible seas, más ansiedad generará tu perro.
- Establece una rutina diaria a la que tu perro pueda aferrarse: aunque busquemos mayor flexibilidad en el medio plazo, es útil que tu perro entienda cuándo haces salidas cortas, salidas largas, cuándo se come, se juega, se entrena y se descansa. Ser previsible da un extra de seguridad y estructura.
- Crea un entorno enriquecido y adaptado a las capacidades de tu perro: esto ayudará a que se mantenga ocupado, más entretenido y con menores niveles de estrés. Es importante que la dificultad y las propuestas sean específicas para tu can, no se trata de ponerle juguetes interactivos todo el tiempo, sino de crear una rutina positiva.
- Paseos, olfateos, visita a zonas naturales, juego y ejercicios de estimulación mental, como el entrenamiento básico o las habilidades, darán a tu perro una mejor estructura y, sobre todo, ayudarán a cubrir necesidades básicas de muchas razas.
- Por último, hacer salidas progresivas (que pueden ser muy breves al inicio) ayudarán a acostumbrar a tu perro, poco a poco, a tu ausencia.
No obstante, si tu perro no tolera sin reaccionar ni tan siquiera periodos muy cortos, busca ayuda profesional cuanto antes. Recuerda siempre que la ansiedad por separación es un trastorno cuyo tratamiento requiere constancia, paciencia y tiempo: no es un problema que solucionarás en una semana ni un mes; la ansiedad por separación requiere de un diagnóstico y un trabajo individualizado.
Errores típicos durante la terapia
Uno de los errores más habituales al tratar una ansiedad por separación es el uso de jaulas o transportines para contener al perro e imposibilitar que “destroce cosas” o incluso como castigo.
Esta es una práctica ineficiente y dañina para el animal, con la que no se soluciona el problema emocional y se intenta evitar la conducta “molesta” para la familia, contaminando lo que puede ser un espacio de calma, viaje y seguridad incluso. Si un profesional te lo recomienda, es hora de buscar otro que esté actualizado.
El uso de cualquier tipo de castigo ante comportamientos que suceden en ausencia del tutor solo complicará el pronóstico y dará mayor inseguridad e imprevisibilidad al can: un cóctel explosivo contra su bienestar.
Con toda la buena intención, es muy habitual tratar de asociar golosinas, KONGs o masticables a la soledad, pero muchas familias solo entregan esos premios justo antes de salir, relacionando la aparición de ese objeto al estrés de la salida.
Es muy importante que estos ejercicios se realicen en presencia y en ausencia de los tutores, y siempre que sea posible apoyados por una asesoría profesional.
Otro error común es creer que desaparecerá con el tiempo o que cualquiera con conocimientos sobre perros (pero sin formación específica en análisis de conducta y etología) puede tratar este problema.
Es fundamental no esperar a que el problema aumente en intensidad y adoptar enfoques positivos y efectivos para ayudar al perro a superar su ansiedad.
Conclusiones
La mayoría de los profesionales estarán de acuerdo en que la ansiedad por separación es uno de los trastornos más complicados en los que intervenir porque es el único problema de conducta que se produce en ausencia de los guías o tutores.
La ansiedad por separación puede aparecer en cualquier momento de la vida de un perro, incluso en canes que han tenido un desarrollo adecuado en la infancia y adolescencia, con rutinas sanas y previsibles.
Una metodología respetuosa y el apoyo profesional adecuado te permitirán acompañar a tus perros con paciencia y dedicación: aunque no hay cifras oficiales, se calcula que más del 70 % de los perros sufren ansiedad al separarse de su familia, y un gran número ha sufrido ansiedad por separación en algún momento de sus vidas. La nota positiva es que, cada día, hay más perros que la superan de forma ética y amable gracias a sus humanos.
Mitos
No solo es falso, sino que, a menudo, puede complicar el pronóstico o generar problemas en el animal recién adoptado. En la mayoría de los casos, antes de adoptar a otro perro, deberíamos acompañar a nuestro peludo a lo largo del proceso.
Esto no solo es falso, sino que atiende, principalmente, al tipo de vida y experiencias que muchos de estos animales siguen sufriendo; sin embargo, sí hay razas más gregarias que otras: si tienes dudas, un buen profesional podrá asesorarte.
Al contrario a lo que sugiere este mito, dejar solos a los perros recién adoptados no previene la ansiedad por separación sino que puede hacer que se desarrolle. Los canes necesitan sentirse seguros y que lo hagan en su nuevo hogar puede llevar un tiempo. Al principio, sus adoptantes serán su única referencia de seguridad y quedarse sólo, en algunos casos, puede ser traumático y hacer que el perro les busque desesperadamente.