Un equipo de investigadores del University Centre Hartpury, en el Reino Unido, ha analizado cómo la estimulación olfativa con ciertos aromas puede influir en el comportamiento de perros que viven en protectoras.
El estudio, publicado en 2018 en Applied Animal Behaviour Science, revela que olores como la vainilla, el coco, el jengibre o la valeriana tienen efectos concretos sobre los comportamientos de los animales: estos olores pueden ayudar a reducir el estrés de los perros.
El experimento: cuatro olores y seis condiciones
El estudio, dirigido por Johnathan Binks, Sienna Taylor, Alison Wills y V. Tamara Montrose, se llevó a cabo en la Gloucestershire Animal Welfare Association y Cheltenham Animal Shelter, en el Reino Unido. La investigación se centró en 15 perros de diferentes edades y razas, expuestos a cuatro olores específicos: vainilla, coco, jengibre y valeriana.
Durante el experimento, los investigadores impregnaron paños con estos aromas y los colocaron en los cheniles de los perros durante dos horas al día, a lo largo de tres días. Además, añadieron dos condiciones de control: una en la que los perros tenían un paño sin olor y otra en la que no había ningún paño en su jaula. Cada diez minutos, registraron su comportamiento, observando cambios en el nivel de actividad, vocalización y descanso.
Menos ruido, más descanso
Los resultados fueron concluyentes: los olores se tradujeron en menos ladridos, una reducción en el nivel de actividad y más tiempo de sueño.
Los perros ladraron con menor frecuencia cuando estaban expuestos a cualquiera de los cuatro aromas, en comparación con las condiciones de control. Se observó una menor cantidad de movimiento y, los perros expuestos al coco y el jengibre pasaron más tiempo dormidos, un indicador clave de relajación en entornos como las protectoras.
El efecto calmante de los olores se mantuvo incluso en las horas en las que la protectora estaba abierta al público, lo que sugiere que la estimulación olfativa podría ser útil para reducir el impacto del ruido y la presencia de visitantes.
Un beneficio adicional: más posibilidades de adopción
Los investigadores subrayan que reducir el estrés en los perros de protectoras no solo mejora su bienestar, sino que también podría aumentar sus posibilidades de ser adoptados.
Comportamientos como los ladridos excesivos o la actividad incesante suelen ser considerados poco atractivos por los posibles adoptantes. Si una estrategia tan simple como introducir ciertos olores en las protectoras puede ayudar a que los perros se muestren más relajados y tranquilos, sus probabilidades de encontrar un hogar podrían mejorar significativamente.
Limitaciones del estudio
A pesar de los resultados positivos, hay que tener en cuenta que se trata de una muestra de perros muy pequeña y el tiempo de exposición a los aromas también fue limitado. Los autores del estudio sugieren que futuras investigaciones podrían analizar el impacto a largo plazo de la estimulación olfativa y explorar su efecto en un mayor número de perros.
También destacan que sería interesante evaluar cómo influye esta técnica en la percepción de los visitantes. Se ha demostrado que los olores afectan el estado emocional de las personas, y es posible que un ambiente con aromas agradables haga que los adoptantes pasen más tiempo en la protectora y tengan una impresión más positiva de los perros.