Los paseos son fundamentales para el bienestar del perro, ya que durante ellos vivirán experiencias y saciarán necesidades que no pueden satisfacer de otra forma. Sin estos momentos, su salud física y mental se verá comprometida. Sin embargo, también pueden presentarse situaciones peligrosas si no se siguen ciertas pautas de prevención. Los paseos están destinados al disfrute del can, no para trabajar en su educación o abordar problemas específicos.
Durante las salidas, es posible observar su estado de ánimo y salud, detectar posibles dificultades como conflictos con otros perros, miedo a los coches o interés en conejos y otros animales. Además, permiten apreciar su evolución y bienestar general.
Aunque los voluntarios experimentados ya conocen muchas de las recomendaciones habituales, es útil recordarlas y asegurarse de que los nuevos también las reciban. Para los paseadores externos, es crucial realizar una buena evaluación de estas personas y garantizar que, la primera vez que paseen a un perro, lo hagan acompañados por alguien con más experiencia.
Recomendaciones básicas para los paseos de perros en una protectora
A la hora de que una persona empiece a pasear perros se deben tener en cuenta algunos factores así como ofrecerle pautas y recomendaciones.
- Comodidad del voluntario con el perro
Es crucial evitar que una persona salga de paseo con un perro que le genere miedo o inseguridad. Esto puede provocar estrés y situaciones complicadas tanto para la persona como para el can. Si el voluntario está tenso, el perro también lo estará. - Calzado adecuado
Es mejor usar calzado cerrado y antideslizante, como botas de montaña, especialmente en invierno cuando el barro puede ser peligroso. El calzado cerrado previene lesiones y molestias. Se recomiendan pantalones largos y sudaderas, si el clima lo permite, y evitar colgantes, pulseras y pendientes amplios donde el perro pueda engancharse. Además, la ropa se ensuciará y es posible que se rompa, así que es mejor usar prendas viejas. - Evitar colonias y perfumes
Los perros son muy sensibles al olor. A algunos, puede no gustarles o generarles desconcierto. También se recomienda evitar usar antes de estar con el can geles de manos que puedan dejar residuos de olor. - Gafas de sol, gorras y otros complementos
Los elementos que cubren nuestra cara o modifican nuestra apariencia pueden alterar al perro y generar situaciones conflictivas. Además, los colgantes, pulseras, pendientes y otros objetos pueden atraer su atención e intentar mordisquear los. - Teléfono
Es recomendable llevarlo en un lugar accesible, como un bolsillo o una riñonera, para poder cogerlo rápidamente sin necesidad de soltar la correa en caso de emergencia. No se debe llevar colgando, ya que el perro podría morderlo, tomarlo como un juguete y tirar de él. - Nunca usar correcciones y castigos
Los paseos deben enfocarse en satisfacer las necesidades del perro, no en educar ni corregir “problemas”. El uso de métodos que generan miedo y/o dolor incrementan el estrés y dificultan la relación con las personas pudiendo generar nuevos miedos. - Uso de premios
Con la autorización del responsable, se puede llevar una bolsa de premios (lo que digan desde la protectora) para captar la atención del can o distraerle en situaciones problemáticas. Sin embargo, si acapara demasiada atención, es mejor llevarla fuera de la vista. Hay que tener cuidado con los canes expertos en robar, ya que una vez que consigan los premios, puede ser difícil quitárselos o puede haber un conflicto por recursos.
Cómo mejorar la calidad del paseo del perro de la protectora
La mayoría de personas que se ofrecen como voluntarios para pasear perros en una protectora no tienen conocimientos previos y probablemente desconocen la importancia de estos paseos para los canes. Es importante que lo tengan en cuenta y guiarles para que el paseo aporte los máximos beneficios posibles.
- Posibilidad de elección
Permitir que el can elija por dónde ir cuando sea posible. Esto le ayuda a tomar decisiones, satisfacer sus necesidades y reducir el estrés. Debemos acompañarle y detenernos cuando lo necesite. Tener la sensación de control de la situación repercutirá en la seguridad en sí mismo y es fundamental para la estabilidad mental de cualquier animal. - Oler pises y cacas
Aunque pueda resultar desagradable, es importante para los perros. A través de estos olores y feromonas se comunican con otros individuos y analizan el entorno. Impedirlo afectará su capacidad comunicativa y a la forma de relacionarse, generando futuros problemas. - Dejar al perro hacer cosas de perro
Revolcarse en tierra o barro, saltar en charcos (siempre que no lleven tiempo estancados), hacer hoyos y olfatear durante largos ratos son comportamientos naturales beneficiosos para su bienestar y reducen el estrés. - Pausas
El paseo de un can no debe ser andar todo el rato. Debería ir parándose a olfatear, tumbarse a “ver la vida pasar”, dedicar tiempo a explorar arbustos… Muchas veces no nos damos cuenta de que lo está intentando y al vernos seguir ellos también continúan. No sólo hay que estar atento a lo que quiere, tenemos que propiciarlo: por ejemplo,si le vemos cansado le acompañaremos a una sombra; si coge un palo para mordisquearlo, dejaremos que se relaje un rato. - Estimulación en el paseo
Es interesante caminar por espacios donde haya vegetación con diferentes olores (aromáticas por ejemplo), olores de otros animales (conejos, etc), diferentes tipos de superficies (prado, tierra, zona arenosa). Esto no sólo ayudará a estimularle mentalmente, también a enriquecer su vida; además, daremos oportunidad a que afloren comportamientos naturales como excavar o rastrear.
Manejo y precauciones durante el paseo
Aunque los paseos sean imprescindibles y aporten grandes beneficios, también suponen un riesgo. Los voluntarios tienen que tener claras ciertas pautas y precauciones.
- Asegurar la correa
Hay que introducir la mano por el asa y engancharla a la muñeca para evitar accidentes. La correa debe sujetarse con con ambas manos, una en el extremo y la otra regulando la longitud. - Perros que tiran con fuerza
Un tirón puede hacer que perdamos el equilibrio y caigamos al suelo. En esa situación, colocaremos las manos a la altura del ombligo para hacer mayor resistencia e inclinaremos ligeramente el cuerpo hacia el lado contrario del que tira el can. - Evitar enredos
Las zonas con arbustos o mucha vegetación pueden ser peligrosas, especialmente con perros desconocidos o con miedos. Al girar sobre un arbusto o árbol, la correa puede enredarse, y al tirar, pueden ponerse nerviosos y cortar la correa con los dientes o quitarse el arnés. En esos casos, es mejor evitar estas zonas y procurar caminar cerca del perro (sin agobiar). - Inclinarse sobre el perro
Puede ser interpretado como una amenaza. En lugar de doblar el cuerpo a la altura de la cadera, es preferible flexionar las rodillas manteniendo la espalda recta para evitar incomodarle. - Proporcionar espacio
Especialmente en los primeros paseos, es importante dar al can espacio para ganar confianza. No hay que agobiarle con caricias o hablándole, a menos que busque esa interacción. - Mosquitos, garrapatas y otros parásitos
En épocas de calor, es mejor evitar zonas de agua durante las primeras y últimas horas del día para prevenir mosquitos (que pueden transmitir leishmania). La vegetación alta suele albergar garrapatas y pulgas, especialmente de abril a octubre. Si hay pinos, prestaremos atención a la oruga procesionaria y avisaremos al responsable si vemos nidos. El agua estancada puede contener giardias. - Encuentros en el paseo
Hay que seguir las instrucciones del responsable sobre los encuentros con otros peludos o personas. Si el perro no ha sido valorado en este sentido, es mejor evitarlos. - Vallas
Al pasar por zonas con vallas de casas o fincas, es mejor que el perro no se acerque. Si no es posible, debemos mantener la mayor distancia y, si los perros del otro lado comienzan a ladrar, distraerle. - Fauna y ganado
En áreas rurales, pueden encontrarse animales como ovejas o vacas. Es preferible mantener la distancia si no sabemos cómo reaccionará el perro. Con fauna como conejos, está bien que rastree, pero hay que prestar atención para evitar excitación excesiva que nos impida sujetar la correa. - No usar el teléfono o auriculares durante el paseo
Debemos mantener la atención plena en el perro durante el paseo. Un despiste puede tener consecuencias graves, como tropezar y que se escape asustado. - Proporcionar agua
Es recomendable llevar una botella y ofrecer agua durante el paseo, especialmente en meses cálidos. - Informar de las observaciones
Aunque esto puede requerir tiempo, es valioso que el voluntario aporte información sobre lo que ha visto, como si el perro cojea, tiene diarrea, o reacciona de manera específica a ciertos estímulos. Esta información puede transmitirse oralmente (aunque esto puede dar pié a muchos errores), mediante una ficha escrita al llegar, o a través de un formulario de Google que se transfiera a una hoja de cálculo.
Qué observar durante el paseo
Observar el comportamiento y la salud del perro durante el paseo es otro de sus beneficios y nos ayuda a velar por su bienestar y a detectar cualquier problema a tiempo.
- Heces
Presta atención a la consistencia, color y frecuencia de las heces del can. Cambios inusuales pueden indicar problemas digestivos o de salud.
Aunque es habitual que la consistencia en perros de la protectora sea algo blanda debido al estrés, hay otros signos que pueden alertarnos: repetidas heces con una consistencia cada vez más blanda, diarreas, dificultad al hacer sus necesidades, gases, olor muy intenso, restos de sangre o cacas con una película de baba blanca. También si vemos que el can come heces de otros perros, deberemos advertírselo al responsable. - Orina
Observaremos el color y la cantidad. Algunos signos de que algo no va bien son un color demasiado oscuro, con un olor muy intenso, que sea prácticamente transparente, con color rojizo o pises muy frecuentes y abundantes. - Caminar
El paseo es un buen momento para observar la forma en que se mueve el perro. Si camina más lento de lo habitual, cojea, se para en seco, mueve mucho la parte posterior del cuerpo o muestra signos de incomodidad, podría estar experimentando dolor o malestar. - Forma física
Hay que vigilar signos de agotamiento en perros que no están en forma, seniors y cachorros. Jadeo con la boca muy abierta y la lengua caída por el lateral, baba abundante o respiración acelerada con movimientos muy visibles en el torso. - Temperatura
Hay que tener especial cuidado con canes de piel muy fina (como los galgos), que muestren signos de frío o golpe de calor, sobre todo en tiempos de climas extremos. - Miedos
Identificar cualquier comportamiento que indique inseguridad, como temblores, intentar huir, esconderse detrás de nosotros, o ladrar a algo. Estos pueden ser desencadenados por ruidos fuertes, otros perros o situaciones nuevas. Es una información valiosa para la protectora. - Señales de estrés
Observar si el perro muestra señales como lamerse los labios, bostezar, sacudirse como si estuviera mojado, orejas hacia atrás pegadas al cráneo, cola baja o entre las patas, y pupilas dilatadas. Estos signos indican que no se siente cómodo y puede necesitar un descanso o retirarse de la situación que le genera estrés.
Conclusiones
Los paseos fuera de la protectora son esenciales para el bienestar físico y mental de los perros. Les permiten ejercitarse, explorar y realizar comportamientos naturales que reducen su estrés y mejoran su calidad de vida.
Además son una oportunidad para que los voluntarios observen la salud y el comportamiento de los peludos, lo cual ayuda a detectar y abordar cualquier problema a tiempo.
Para maximizar los beneficios de estos paseos, los voluntarios tienen que sentirse cómodos con el can al que pasean y deben seguir una serie de pautas y recomendaciones, como usar el equipo adecuado, evitar correcciones y castigos, y permitir que el perro tome decisiones. También es importante estar atentos a cualquier signo de malestar, estrés o problemas de salud y comentar estas observaciones al regresar a la protectora. Por último, para evitar accidentes, es vital saber cómo sujetar correctamente la correa, evitar distracciones con el móvil o poner especial cuidado con que la correa no se enrede cuando se pasea por zonas de arbustos.