Acoso entre los perros de la protectora

Por

Fundación SrPerro Colega
Fundación SrPerro Colega
Únete a nuestra causa
Loading the Elevenlabs Text to Speech AudioNative Player...

Índice

Loading the Elevenlabs Text to Speech AudioNative Player…

En muchas protectoras de animales los perros conviven en grupos y se pueden dar situaciones de acoso. Esto afecta a su bienestar y puede causar dificultades a la hora de relacionarse incluso después de la adopción.

El acoso o bullying ocurre cuando uno o más perros ignoran el bienestar de otro, no respetan sus señales pidiendo espacio o no le permiten disfrutar de ciertos recursos como sombras o el agua.

Detectar y resolver estas situaciones es esencial para asegurar una buena calidad de vida para todos los perros.

Por qué puede producirse el acoso entre perros

El acoso o bullying puede presentarse en diferentes situaciones y manifestarse de varias formas: 

  • Juego no deseado: un perro insiste en jugar, ignorando las señales del otro que indica que no quiere participar. Esto incluye persecuciones, saltos y lucha.
  • Redirección de estrés: un can estresado puede descargar su tensión en otro perro cercano. Esto frecuentemente se da con marcajes de boca, empujones e  incluso agarrando el pelo con su boca. Si el segundo no responde adecuadamente, puede convertirse en un blanco recurrente.
  • Montas por estrés: hay canes que pueden montar a otros como forma de canalizar su estrés. Algunos lo soportarán y es posible que esto se vuelva algo recurrente. 
  • Hembras sin esterilizar: aunque lo habitual es que lo estén, en ocasiones pueden convivir con machos de forma puntual en la protectora a la espera de ser castradas. Puede ocurrir por razones clínicas (que en ese momento no pueda operarse por riesgos de salud), que no haya capacidad económica para pagar al veterinario o porque se tarde en obtener cita en la clínica. Si se ubica a una hembra en un espacio con machos (porque se lleva mal con otras hembras por ejemplo), y está en celo, o cerca de él, los perros aunque estén esterilizados pueden realizar comportamientos de monta. 
  • Protección de recursos: pueden darse conflictos por recursos, donde un perro impida a otro acercarse a algo que valora. Por ejemplo, el agua, una sombra o una zona de enriquecimiento ambiental. También puede ocurrir cuando los voluntarios entran en el patio, desplazando un perro a otro para acaparar la atención.
  • Control de movimiento: suele ocurrir cuando un perro tiende a correr por la valla. Puede haber otro que no tolere tanto movimiento y quiera pararlo porque le resulta estresante. Esto puede desencadenar una obsesión por controlar a ese can. En este caso habrá que tener también en cuenta el problema del primero respecto a las vallas, es decir, al ver algo al otro lado, ponerse a correr de un lado para otro con el consiguiente estrés que esto le produce. 
  • Conflictos en la puerta de acceso al patio: suele incluir dos anteriores, redirección de estrés y protección de recursos. Es habitual cuando los voluntarios van a esa puerta a coger al perro que irá de paseo. La expectativa de salir hace que el can sienta una gran emoción y la puerta cobra valor porque es el punto de salida. Esto lleva a que se acumulen varios perros y puedan redirigir entre ellos. Es habitual que uno puede acabar apartado del resto, con miedo a acercarse a la puerta. 
  • Conflictos: si se repiten entre dos canes es posible que uno de ellos acabe intimidando al otro, relegando a estar inmóvil en el patio, desplazado en un extremo y en constante tensión.

¿Cómo detectar el acoso entre perros en la protectora?

Es fundamental detectar este problema a tiempo y darle solución para evitar que aparezcan problemas mayores. 

Además de la observación directa de las situaciones anteriormente mencionadas hay algunas pistas que nos pueden indicar que se está dando esta situación:

  • Un perro desplazado en el patio, sin moverse, sin buscar sombra o agua.
  • Un perro, con el que tenemos buena relación, no se acerca a saludarnos y se queda observando de lejos. También puede ser significativo que no se acerque a la puerta del patio cuando alguien va a entrar.  
  • Un perro que habitualmente es alegre, se vuelve apático en el patio. 
  • El can evita acercarse a otro, describe trayectorias en arco para evitarle y se desplaza cuando se acerca. 
  • Señales de miedo y/o estrés cuando interactúan dos perros.

Posibles consecuencias del acoso entre perros en protectoras

El acoso entre perros en una protectora puede tener diversas consecuencias negativas, tanto para los perros afectados como para el ambiente en las instalaciones. Estas consecuencias pueden manifestarse en varios niveles, afectando el comportamiento, la salud y el bienestar general de los perros.

  • Estrés crónico: el acoso continuado genera en sí mismo estrés pero además hay que sumar la imposibilidad de disfrutar del tiempo de esparcimiento en el patio.
  • Aislamiento social: un can acosado puede volverse retraído, evitando interactuar con otros perros. Este aislamiento puede dificultar su capacidad para socializar, lo que es crucial para su adopción y adaptación a un nuevo hogar.
  • Problemas con otros perros: puede aprender que las relaciones entre canes son así y, aunque en la protectora puede estar “inundado”, después de ser adoptado puede mostrar dificultades a la hora de relacionarse. 
  • Bloqueo de señales comunicativas: ocurre cuando las señales que emite para pedir que le dejen tranquilo no son respetadas. Al ser inútiles, el perro deja de usarlas lo que puede implicar que empiece a usar directamente señales más intensas como gruñidos, levantamiento de belfos o marcajes al aire.

¿Qué hacer si se da una situación de acoso en la protectora?

Hay que evitar etiquetar al perro que acosa como “malo”, “dominante”, “macarra” o términos negativos. Tiene esos comportamientos por algún tipo de problema y habrá que ver cómo ayudarle. 

No hacer nada no es una opción: lo que conseguirá es que haya un conflicto mayor o que el perro acosado entre en un estado depresivo y desarrolle problemas al relacionarse con perros que seguramente afloren una vez adoptado. 

Si el conflicto viene de una protección de recursos deberemos ver si aumentando el número de ese recurso desaparece el problema (por ejemplo, poniendo varios puntos de agua en el patio). En el caso de que el recurso sea la propia atención de las personas, habrá que desarrollar trabajos más específicos. 

Aunque sabemos que no suele haber mucha disponibilidad de tiempo y personas voluntarias, es buena idea dar paseos por el exterior con ambos perros, a cierta distancia uno del otro, dándoles tiempo para que se acostumbren y se observen, a la vez que disfrutan de un rato agradable. 

Cuando no podemos intervenir de ninguna forma para mejorar la situación, la mejor opción será reubicar a los perros en espacios diferentes, mientras progresivamente se trabaja la raíz del problema.

Conclusiones

Detectar y resolver el acoso entre perros en una protectora es esencial para su bienestar e incluso su vida, ya que pueden desatarse conflictos muy graves. Una intervención temprana y adecuada mejora la calidad de vida de los perros y facilita una convivencia armoniosa tanto en la protectora como en sus futuros hogares.

Referencias
Únete a nuestra causa
Diccionario Fundación SrPerro Colega
Prev
Next
Contenidos relacionados

¡Mejora la vida de tu amigo perruno! Descubre cómo mantener a tu perro feliz y saludable.

Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.