En este ejercicio, vas a poner en práctica todo lo aprendido sobre el análisis individual de los perros en tu protectora. A través de la observación detallada, el registro y la evaluación de diferentes aspectos, podrás obtener una comprensión profunda de las necesidades y el estado de bienestar del perro seleccionado. Este ejercicio está estructurado para ayudarte a aplicar los conceptos de identificación de las señales de estrés, detección de problemas de salud y evaluación de las necesidades individuales de cada perro. Sigue los pasos a continuación:
1. Selección del perro
Elige un can que necesite atención adicional o uno del cual desees aprender más. Puede ser un peludo que haya mostrado dificultades de comportamiento o uno que no haya recibido una evaluación individual completa previamente. Asegúrate de que puedas dedicar suficiente tiempo a observarle.
2. Identificación de señales de estrés
Durante varios días, obsérvale en diferentes situaciones: cuando está en su chenil, en el patio, interactuando con otros perros o personas, durante los paseos… Anota cualquier señal de estrés que observes, como:
- Ladridos: registra las situaciones que parecen provocar que ladre más de lo normal o que entre en “bucle”, como la presencia de otros perros, personas o momentos de aislamiento.
- Jadeo constante: anota cuándo aparecen estos síntomas y si se producen en un contexto particular.
- Comportamientos compulsivos: como lamerse o morderse repetitivamente y bajo qué circunstancias. También presta atención a estereotipias, como girar en círculos o caminar en una línea fija.
- Hiperactividad o inactividad extrema: si el perro parece incapaz de relajarse o, por el contrario, si está constantemente apático o evita interactuar.
3. Evaluación de problemas de salud
Haz una observación directa para detectar posibles síntomas visibles, como cojeo, pérdida de apetito, cambios en el manto o problemas gastrointestinales. Anota los siguientes detalles en una ficha individual:
- Diagnóstico veterinario: registra cualquier problema de salud diagnosticado, así como el tratamiento indicado y los medicamentos que está tomando el perro.
- Síntomas observados: detalla los síntomas observados y las situaciones en las que se producen. Por ejemplo, si el perro muestra dificultad para moverse después de largos períodos de descanso.
- Evolución del estado de salud: realiza un seguimiento continuo para determinar si el tratamiento está funcionando y cómo afecta esto al bienestar general del perro.
4. Evaluación de las necesidades individuales
Observa qué actividades parecen disfrutar y cuáles evitan. Anota las preferencias en términos de:
- Tipo de enriquecimiento: ¿Prefiere juegos de olfato, juguetes masticables o paseos largos? Esto te ayudará a identificar cuáles actividades pueden ser más adecuadas.
- Nivel de actividad: determina si el perro necesita mucha actividad física o si se siente más cómodo con actividades de enriquecimiento más tranquilas. Los perros con niveles altos de actividad pueden requerir paseos y juegos intensos, mientras que los perros mayores o más tranquilos se beneficiarán de actividades menos extenuantes.
- Respuestas emocionales: presta atención a las respuestas emocionales del perro ante diferentes situaciones. Por ejemplo, ¿se asusta o desconfía de ciertas personas o ambientes? ¿Reacciona bien a determinados tipos de enriquecimiento? ¿Cómo se queda después de las actividades?
5. Añade la información a la ficha del perro
Añade todos estos datos para elaborar un perfil en la ficha del perro. Con esto, en las siguientes clases iremos elaborando un plan de enriquecimiento ambiental.
ste ejercicio te permitirá tener una visión integral del estado emocional, físico y las preferencias individuales de un perro de tu protectora.