Proceso por el cual los humanos crían perros seleccionando rasgos específicos, como comportamientos o características físicas, para que se mantengan y se acentúen en futuras generaciones. Esto ha dado lugar a razas con inclinaciones instintivas muy potenciadas hacia ciertos comportamientos, como fijar la mirada en un animal para señalar su posición, pastorear o llevar al cazador una presa abatida.
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