Proceso inflamatorio e infeccioso crónico que daña progresivamente los tejidos que sostienen el diente (encía, ligamento periodontal y hueso alveolar). Suele aparecer tras una gingivitis no tratada y se caracteriza por retracción gingival, formación de bolsas periodontales, halitosis intensa, movilidad dental y, en fases avanzadas, pérdida de piezas. Además de dolor y dificultad para masticar, puede provocar presencia de bacterias en sangre que afectan a corazón, riñones y articulaciones. Requiere intervención veterinaria (radiografías, raspado y pulido, posible extracción) y prevención continua mediante higiene oral diaria y revisiones periódicas.
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