Conjunto de reacciones de comportamiento y de salud que aparecen cuando el perro se queda solo o apartado de su referente de seguridad. Se puede manifestar con vocalizaciones intensas (ladridos y especialmente aullidos), destrucción de objetos, pises y cacas (habitualmente diarrea), salivación o intentos de escape, y refleja un nivel de estrés muy elevado. Puede originarse por hiperapego, experiencias traumáticas, cambios bruscos de rutina o falta de habituación a la soledad. Requiere intervención profesional basada en modificación de conducta, enriquecimiento ambiental y, en ocasiones, apoyo farmacológico o nutracéutico. Hay que tener en cuenta que para el perro no es natural separarse de su grupo social (nosotros), esto es una necesidad humana que choca con su naturaleza.
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